Subí las escaleras del conservatorio y escuché que estaban tocando
el piano. La música era preciosa y la melodía igual. La mujer que la estaba
tocando era una mujer recatada y muy errante. Yo como tengo muy
buena memoria, recordé todas las notas que estaba tocando.
Rápidamente, para que no se me olvidara, la apunté en m
libreta. Luego, me fui para mi casa porque tenía hambre
me comí una manzana, estaba riquísima. Rápidamente,
me asomé por la ventana había muchos sibilantes que
no paraban de silbar. Me extrañó mucho porque
estaban amarillentos y uno de ellos llevaba
armadura, después me visitaron mis
amigas y juguemos un poquito a las
cartas, aunque no me gusta jugar con
mi amiga Rosa, porque es muy tramposa
y ridícula. Aunque me encantó su camisa
porque era muy sedosa, luego a las
nueve y media fuimos a cenar
cerca de un puente, comimos
sopa de verdura, que por
cierto estaba muy espesa,
y también muy rica. Nos
hicimos una foto para tener
un bonito recuerdo de ese gran día.
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