jueves, 22 de octubre de 2009



Subí las escaleras del conservatorio y escuché que estaban tocando

el piano. La música era preciosa y la melodía igual. La mujer que la estaba

tocando era una mujer recatada y muy errante. Yo como tengo muy

buena memoria, recordé todas las notas que estaba tocando.
Rápidamente, para que no se me olvidara, la apunté en m

libreta. Luego, me fui para mi casa porque tenía hambre

me comí una manzana, estaba riquísima. Rápidamente,

me asomé por la ventana había muchos sibilantes que

no paraban de silbar. Me extrañó mucho porque

estaban amarillentos y uno de ellos llevaba

armadura, después me visitaron mis

amigas y juguemos un poquito a las

cartas, aunque no me gusta jugar con

mi amiga Rosa, porque es muy tramposa

y ridícula. Aunque me encantó su camisa

porque era muy sedosa, luego a las

nueve y media fuimos a cenar

cerca de un puente, comimos

sopa de verdura, que por

cierto estaba muy espesa,

y también muy rica. Nos

hicimos una foto para tener

un bonito recuerdo de ese gran día.




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